miércoles, marzo 16, 2005

Metal Boys.
Metal Boys.
Tokyo Airport.
Acute Records 2005.

A finales de la década de los setenta Francia tuvo su momento de gloria post-punk con el seminal Anarchy In Paris! De Metal Urbain, un disco a tomar muy en cuenta a la hora de hacer lista de aquellos discos que dieron más de un respiro al derrumbe del punk. En aquel grupo militaban tres vagos sin oficio ni beneficio que gastaban sus tardes desafinando guitarras e inhalando pegamento: Eric Débris, Charlie Hurbier y Minus Clode Panik, todos ellos responsables de que los Sex Pistols hayan pisado suelo parisino. Tiempo después se reúnen a grabar material nuevo y todo se va al hoyo, demasiadas drogas en el estudio, argumentan hoy en día. Minus abandona el grupo mientras Charlie y Eric comienzan a dar formar a un nuevo grupo punk con altas dosis del sonido de los pioneros industriales ingleses: Metal Boys. Su único y sorprendente album Tokyo Airport fue publicado por Rough Trade en 1980, un mediano fracaso comercial les obliga a tirar la toalla muy poco tiempo después. Hoy que el post-punk vuelve a oídos de todos Acute vuelve a poner en circulación semejante tesoro. Como toda buena reedición, respeta el arte, adhiere interesantes notas, fotos, remasteriza y remezcla y adhiere nueve bonus tracks entre inéditos y sencillos de 7” que antes de esta reedición estaban en calidad de inconsegibles. En total 19 canciones que obligan a pensar en el primitivismo maquinal de los primeros Cabaret Voltaire o en unos Suicide mucho más ácidos. Llámenle Avant- New Wave o usen el termino que ellos mismos acuñaron: robocore, pero lo que se escucha en Tokyo Airpot es una mezcla inaudita de rockabilly, chanson francesa, punk decadente, sonido industrial ruidista, música de cabaret, spoken word y jazz destartalado. A esto nada más agregarle el extraño modo de cantar-recitar de China, un extraño personaje cuya única irrupción en la movida post-punk parece ser esta, lo cierto es que su perezoso timbre vocal, mezcla entre Cosey Fanni Tutti y Nina Hagen sirve como contrapunto pop a la mezcla imposible que es el sonido de Metal Boys. Ya saben, lo bueno no dura. Aún así queda esta pequeña obra maestra para como ellos dicen, disfrutar el sonido del futuro de ayer hoy mismo.

Bonnie Prince Billy/ Matt Sweeney.
Superwolf.
Palace Records/Drag City.
2005.

Superwolf es una sorpresa por partida doble; es la nueva referencia de Will Oldham, el compositor maldito del nuevo folk made in america y da rastros de vida de Matt Sweeney después del fiasco con Zwan. Con solo escuchar los primeros tres minutos del primer corte de Superwolf (“my home is the sea”) uno no puede evitar pensar en lo desperdiciado (¡desperdiciadísimo!) que estaba Matt en el finado súper grupo de Billy Corgan. Y es que aquí el buen Sweeney compone la música y las letras y la voz templada las pone Will Oldham, una especie de Lee Hazlewood maldito con más decepciones amorosas en su currículo que pelos en su barba de Nietszche. Y es que si se ha seguido más o menos de cerca la carrera de este último que cuenta con más de un disco imprescindible sabrá que Oldham en cuestiones de amor no solo pone el dedo en la yaga sino que lo hace para ponerle sal; Nada más memoricen la letra de “beast for the thee” y tendrán ya el nuevo y mejor himno a la automarginación que se ha escrito en este último lustro. Montones de guitarras con olor a la barba de Jerry García y momentos del enorme Harvest de Neil Young, y es que entre Oldham y Sweeney, dos personas de apariencia opuesta musicalmente hablando, se derrocha la gracia y el talento a la hora de componer, la magia brota en todos y cada uno de los once cortes de Superwolf, brutos ensamblajes de folk ceremonial, americana árida, rock fronterizo, country cannabico y space rock. Ejemplos de lo afortunado de la colaboración sobran, escojan “goat and ram” uno de los momentos más altos del disco y escuchen su imposible combinación de gospel psicodélico, country roots y rock de estadio. También no dejen pasar “bed is for sleeping” otra de esas letras de amor oxidado que Oldham ya debe tener patentadas, arropada por el dulce steel guitar de Sweeney. Cada palabra de Oldham y cada nota de Sweeney parecen ser piezas de un rompecabezas que construyen un paisaje desolador. En lo personal, Superwolf es uno de los discos más inspirados que se han publicado en el primer cuarto de este año. Hazme caso por esta vez y regálaselo a esa chica que te gusta, ya sé que es trampa, pero puede funcionar.


Sam Prekop.
Who´s Your New Professor?
Thrill Jockey 2005.


Uno de los principales problemas del pop como género musical ha sido su incapacidad para los hallazgos significativos. Sin duda la principal limitante ha sido que para que siga siendo música pop tiene que conservar su carácter popular y accesible, de ahí que muchos no puedan visualizar otra alternativa al pop que las abstracciones. Uno de los pocos grupos que tontearon con el pop como herramienta fundamental para canalizar su inmenso bagaje cultural y buen gusto fue The Sea And Cake, el colectivo de Chicago que de la mano de Sam Prekop Y John McEntire publicó un puñado de discos en donde el pop se transformaba en cualquier cosa sin perder su carácter simpático. Sam Prekop ya puede ser considerado como el libero de oro en el pop norteamericano, él es uno de los compositores más dotados de Chicago, lo de Sam Prekop es pura sensibilidad y tino, digamos que me vienen a la mente nombres como Roxy Music, Japan o Talk Talk, también me recuerda a autores de bossa nova y otros tantos de soft – jazz y pop electrónico y delicado. Who´s Your New Profesor, su último disco, usa la métrica del Bossa Nova, la ornamentación de la electrónica intimista y el sonido continental de Bacharach, pasa de la tropicalia al sonido Tamla-Motown. Además, como es de esperarse, el personal del disco está integrado con el acostumbrado dream team que acompaña a Prekop: Archer Prewitt, Chad Taylor, Rob Mazurek y John McEntire. Fue totalmente compuesto, tocado y grabado en el departamento de Prekop. Tiene un sonido a pop ligero y bien balanceado y once ejemplos perfectos de que el pop puede dar mucho más de sí si se le da el tratamiento adecuado. Sin duda mucho más que un disco para yuppies con buen gusto.

José Ángel Balmori.

3 comentarios:

Jorge Pedro dijo...

tú y tus discos raros. comamos pronto, baby balmori. hay millones de chismes.

Anónimo dijo...

¿que, estás haciendo una cr´tica a algo ta bueno como es el POP. POr fa vor ubicate o es que estás haciendo puras cagas, maldita perra culia, que te gusta vivir con tu mamá ni siquiera tienes noc¡via, comprate un amigo, o andate a otro páis, hace el amor a tu viieja. Feo culiao

Anónimo dijo...

puta culia